miércoles, 13 de julio de 2016

Intermedio

 Después de aquel suceso que os contaba en la entrada anterior, seguí con mi vida de siempre, pintaba(era pintora) de lunes a domingo, de vez en cuando salía con amigos y paseaba a mi perro tres veces al día. Pero algo en mí había cambiado, no os voy a decir que aquel sentimiento de plenitud  se instaló en mí de forma permanente porque no sería verdad, era intermitente, pero una nueva puerta se había abierto y quería averiguar de qué se trataba porque no quería que se cerrara. Empecé a pensar que mi vida iba a cambiar, pero siempre me imaginaba que ese cambio se produciría porque las circunstancias cambiarían. Por ejemplo me imaginada que en mi carrera como pintora aparecería un éxito inesperado, o que tal vez vendrían a comprarme muchos cuadros o que conocería a personas maravillosas, etc. Nunca se me pasaba por la cabeza que el cambio se produciría en mi interior. Así que el tiempo pasaba y nada nuevo sucedía.

 Creo que debería aclararos que mi vida en aquel momento era bastante "feliz", mi salud era buena, tenía pocos pero buenos amigos y sobre todo la mayoría del tiempo me dedicaba a mis cuadros porque para mí era una necesidad. Sentía "ese medio artístico" como algo inseparable de mí  y la sensación cuando trabajaba en ellos era de plenitud absoluta. Estaba sola conmigo y avanzaba. Inventaba mis técnicas para poder expresar aquello que yo era y que no sabía que lo era pero lo intuía. Sabía que podía acceder a algo inmenso, a eso que no tiene palabras, a lo que sabes infinito, a la parte divina que tenemos dentro. Quería averiguar y la inspiración a veces me acompañaba para poder hacerlo La mayoría del tiempo accionaba, es decir, era consciente, estaba presente. Así que la mayoría del tiempo mi verdadero Ser, en la medida en que me conectaba con él, era el que pintaba.(eso lo se ahora, en aquel entonces era inconsciente de ese fundamental "matiz"). Pero lo que si sabía en aquel entonces, era que mi equilibrio interior, mi paz y también mi "felicidad" se la debía al hecho de ser fiel a mi necesidad de pintar.

 Pero todo eso era un compartimento estanco. "Creía" que solo a través de un medio artístico era posible que la inspiración apareciera y como consecuencia era imposible acceder a lo "deconocido" por otros medios. Y por lo tanto, también como consecuencia,  no asocié hasta bastantes meses más tarde,  el sentimiento de plenitud que se creó en mi paseo con el que sentía cuando pintaba.
Y volvieron a aparecer preguntas, ¿Por qué tardé tanto en asociarlos? ¿qué tenían en común la plenitud de ambas situaciones?: ¿qué era lo que realmente la provocaba?
Lo que tenían en común ambas situaciones era que las dos sucedían en un "territorio" distinto al habitual. Era como un mundo paralelo en el que no existía la posibilidad de percibir algo negativo porque no lo había ni dentro ni fuera,  era un mundo de acción del corazón, de alegría, era un mundo de verdadera belleza y pleno. ¿Qué es lo hacía que ese mundo apareciera? ¿por qué no podíamos vivir siempre en él?
En mi opinión sentirme plena es cuando no necesitas nada más que lo que sientes en ese momento porque lo que sientes tiene "todo" dentro, no falta nada, amas todo porque eres todo y por eso te invade la felicidad. Es como cuando estás enamorado.
¿Tal vez lo que provocaba el sentimiento de plenitud era el amor?. Creo que todos sabemos la respuesta. Pero¿qué es El Amor?.
Me di cuenta que pintar, sentirme enamorada y mi unión con La Naturaleza, compartían  el mismo "territorio" y que el sujeto que accionaba en el, siempre era el mismo, era mi verdadero Ser y que lo que hacía en los tres casos era Amar y que amar significaba Ser él mismo en cada acción que realizaba. Y también me di cuenta que unicamente accionaba en ese "territorio", en ese mundo paralelo donde reinaba el corazón, nunca se salía de él. Era su mundo y su mundo era Ël
¿Entonces qué era mi mundo habitual y quién actuaba en él?


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